Los delitos económicos y financieros, como el fraude y la corrupción, cada vez son más frecuentes tanto en los organismos públicos como en las organizaciones privadas y generan consecuencias negativas a nivel económico, político, social y cultural.
Frente a esta realidad, cada vez ha tomado mayor relevancia la auditoría forense, una rama de la auditoría que realiza investigación exhaustiva con el fin de determinar evidencias y pruebas de los delitos económicos y financieros que tienen lugar en el sector público y privado.
A continuación te explicamos de qué se trata la auditoría forense, por qué es importante, cuáles son sus principales características, qué tipos existen y cuáles son las etapas que se llevan a cabo en esta rama de la auditoría.
En términos generales, la auditoría forense se trata de un proceso valioso que ayuda a prevenir y detectar actividades delictivas en una organización, como lo son el fraude financiero y la corrupción, mediante la revisión de los libros contables, los balances financieros y las facturas.
En comparación con una auditoría tradicional, la auditoría forense se especializa en realizar una investigación profunda y obtener evidencias y pruebas que sirven para determinar, por ejemplo, el total del fraude, sus efectos directos e indirectos, los posibles responsables, sus cómplices y protectores.
Lo que hace un equipo de auditoría forense es recolectar, analizar y presentar información (contable, financiera, administrativa y legal) ante un ente judicial sobre un posible delito económico y financiero o la detección del mismo, para que así la justicia pueda revisar, juzgar y sentenciar para que no queden impunes.
Por todo esto, es de gran importancia en la actualidad pues permite reunir pruebas sólidas que ayudan a explicar los hechos, por ejemplo de fraude y corrupción, que tienen lugar en una organización pública o privada y que quienes los cometieron puedan pagar.
La auditoría forense se caracteriza, entre otras cosas, por:
Tipos de auditoría forense
Existen dos enfoques principales de auditoría forense:
La auditoría forense con este enfoque se lleva a cabo, precisamente, para responder a sospechas o indicios de fraude, corrupción o demás delitos financieros. A través de una investigación rigurosa y el uso de diferentes técnicas busca obtener evidencias concretas que permitan probar el hecho y conocer más detalles del mismo como puede ser la cuantía, los efectos generados, su tipificación, los autores y coautores.
A diferencia del enfoque detectivo, la auditoría forense con enfoque preventivo está pensada para identificar, disuadir y prevenir la materialización de delitos económicos y financieros en una organización. Lo que busca es reducir la probabilidad del riesgo por medio de la implementación de diferentes estrategias como controles antifraude, mecanismos de alertas tempranas de irregularidades y sistemas o canales de denuncia.
Este enfoque, sin duda, es de mucha utilidad para las organizaciones porque en gran parte permite prevenir los delitos de fraude, corrupción y otros, así como actuar a tiempo.
El proceso de auditoría forense consta esencialmente de cinco etapas claves:
Aquí se realiza una planeación detallada del proceso, esto incluye: definir el alcance y los objetivos de la auditoría; identificar las áreas de mayor riesgo que van a ser auditadas y desarrollar el programa de la auditoría forense, es decir, cada una de las actividades que se van a seguir.
Consiste en el levantamiento y recopilación de datos y evidencias que sean relevantes para la investigación, aquí se consideran: registros contables, documentos financieros, correos electrónicos, comunicaciones internas y externas, entre otros. Además, es importante garantizar la cadena de custodia de la documentación para poder demostrar la legitimidad e integridad de esta información.
Después de recopilar y custodiar adecuadamente la evidencia del caso, el equipo de auditoría forense debe analizarla para buscar patrones, irregularidades o indicios del delito económico y financiero. Para hacerlo es necesario utilizar otras técnicas y herramientas como análisis de datos y la revisión de transacciones financieras.
En caso de requerir más información, el equipo puede realizar entrevistas a personal clave para conocer más detalles del caso o esclarecer posibles dudas o inconsistencias. En todo momento se debe actuar de manera profesional, con ética y objetividad.
En esta etapa se documentan todos los hallazgos identificados durante la auditoría forense, así como el respectivo análisis y las conclusiones de la misma.
Es fundamental que el informe sea redactado de manera objetiva, clara, precisa y esté basado en evidencia sólida. La recomendación es informar solo lo debido e incluir recomendaciones para abordar los problemas identificados.
El informe final de la auditoría forense debe presentarse a los interesados (la alta dirección de la organización o autoridades competentes). Igualmente, se debe hacer seguimiento periódico de las recomendaciones brindadas para verificar que sí están siendo consideradas e implementadas efectivamente.
Cuéntanos, ¿en tu organización realizan auditorías forenses con enfoque preventivo?