Aunque exiten diferentes tipos de indicadores, el indicador clave de riesgo (KRI) es el más utilizado, pues es una métrica que se emplea en la toma de decisiones.
Además, los indicadores clave de riesgo ayudan a monitorear la exposición, las pérdidas o los problemas. Debido a su importancia, aquí le explicaremos cómo debe ser un buen indicador de riesgo.
Hay diferentes razones por las cuales es necesario usar indicadores en la gestión de riesgo. En particular, los KRI pueden servirle para monitorear y mitigar las incidencias. Asimismo, permiten dar forma y contenido a los informes de gestión, lo cual facilita tomar decisiones gerenciales.
Al momento de diseñar un buen indicador clave de riesgo, hay ciertas pautas que todo gestor debe tener en cuenta. Aquí le mostramos 3 cualidades de los KRI que le ayudarán en ese proceso.
Ante todo, un indicador debe ser efectivo. Esto quiere decir que debe ser aplicable a un riesgo específico o a un control deficiente. Si escoge demasiados KRI, puede dificultar la recopilación, el análisis y el procesamiento de la información.
Además, un exceso de indicadores puede llegar a ocultar los problemas reales en lugar de reflejarlos. Sin embargo, un indicador sí pueden servir para monitorear varios factores al mismo tiempo.
Por otro lado, un indicador es efectivo cuando puede medirse y es significativo. Para ello, es preciso que tenga en cuenta valores absolutos, números, proporciones y todo aquello que le permita reducir la subjetividad.
En últimas, la efectividad de un indicador dependerá de qué tan útil sea la información que se obtenga para tomar decisiones.
Los indicadores clave de riesgo deben poder compararse. Un indicador es comparable cuando es cuantificado como un monto o un porcentaje y cuando tiene valores que muestran una evolución en el tiempo.
Esto permite que el indicador sea comparado entre las diferentes líneas de negocio y que pueda ser utilizado para compararse con otras organizaciones.
Es indispensable que los KRI sean entendidos y comunicados de manera oportuna a todos los miembros de la organización. Por eso, deben detallarse claramente para que se reduzca la posibilidad de interpretaciones erróneas.
En ese sentido, usted debe cerciorarse como gestor de que haya una definición completa de la información recolectada, de que se describa cómo medir el indicador y cómo calcularlo. Del mismo modo, asegúrese de que existan las guías para su implantación: manual de indicadores, procedimiento de Indicadores y una guía para cada indicador.