Dentro de la gestión de riesgos contar con un sistema de control interno es algo fundamental que todas las organizaciones deberían tener.
Este proceso debe ser liderado por la alta gerencia o junta directiva y los responsables de cada área para brindar seguridad al cumplimiento de los objetivos, pero sobre todo a la eficacia de los procesos, la confiabilidad de la información financiera y el cumplimiento de requerimientos legales.
Se debe tener en cuenta que un control interno efectivo depende de una buena organización. Reducir el nivel de errores y amenazas ayuda a que los objetivos del sistema de control se cumplan de manera correcta.
En el siguiente artículo presentamos algunos consejos que debes tener en cuenta para realizar una correcta evaluación del control interno.
El ambiente interno de control es el entorno que influye en los integrantes de una organización y en el control de sus actividades. Este ambiente es la base de la administración de riesgos corporativos, pues proporciona disciplina y estructura, además, impacta en todos los componentes de la gestión de riesgos.
El control interno está compuesto por planes, métodos, principios, normas, procedimientos y mecanismos que permiten verificar y evaluar todas las operaciones que lleva a cabo la compañía, así mismo, identificar de qué manera se almacena la información y los recursos de la misma y si esto cumple con los objetivos.
Es aquí donde se decide establecer una metodología para proteger a la organización y su reputación, previniendo así cualquier tipo de riesgo que la pueda poner en peligro o que impida el cumplimiento de sus objetivos.
Y contar con una herramienta tecnológica como Pirani ayuda a las empresas a identificar, evaluar, controlar y monitorear más fácil y eficientemente los riesgos a los que están expuestas.
Adicional, es importante tener presente que esta es una labor que involucra a todo el personal de la compañía.
En esta etapa se busca realizar una identificación general a través de documentos, entrevistas, reuniones de los gestores o personas encargadas para conocer en detalle cómo está planteado el sistema de control.
Acá se busca realizar una identificación de información más profunda por medio de los manuales organizacionales, de procedimientos, inspecciones y entrevistas más directas con los responsables para conocer cómo funciona cada uno de los controles establecidos.
En esta etapa se verifica si los controles planteados son los adecuados y están surgiendo el efecto esperado y de no ser así poder realizar mejoras o cambios para obtener los resultados esperados.