Los programas de Compliance o Cumplimiento normativo en una organización deben ayudar a prevenir, entre otros riesgos, la materialización de conductas delictivas como la corrupción, fenómeno global que no solo se presenta en los Estados e instituciones públicas, sino también en las empresas e impacta negativamente en las reglas del mercado y la libre competencia.
Qué es la corrupción, cuáles son sus principales efectos, cuándo se puede hablar de casos de corrupción y cómo a través del Compliance las organizaciones pueden combatir este fenómeno son algunas de las inquietudes que resolveremos en este artículo.
En palabras simples, la corrupción consiste en romper de manera deliberada el orden de un sistema, tanto ética como funcionalmente, para obtener un beneficio personal.
De acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, CNUCC, se trata de “un fenómeno social, político, económico y complejo que afecta a todos los países, disminuye el ritmo del desarrollo económico y contribuye a la inestabilidad gubernamental”.
Los principales efectos de este fenómeno global, como bien los menciona la Convención de la ONU son:
Este fenómeno puede presentarse de diferentes maneras, algunas de estas, de acuerdo con Mariano López, experto en compliance, son:
Como lo ha definido la World Compliance Association, en general, el compliance o cumplimiento normativo se refiere al conjunto de procedimientos y buenas prácticas que implementan las organizaciones para la identificación y clasificación de los riesgos operativos y legales a los que se enfrentan.
Adicionalmente, el compliance tiene que ver con la integridad, la transparencia y, por supuesto, con la gestión de los riesgos, en este caso puntual, el riesgo de corrupción.
Sobre la integridad, Mariano López explica que debe darse en los procesos, en la información y en general en todos los aspectos de la organización. En cuanto a la transparencia es algo que debe estar presente en todos los procesos, principalmente en aquellos en los que habría lugar para actos de corrupción, por ejemplo compras y contratación.
Y sobre la gestión de riesgos tiene que ver con el proceso continuo de identificación, evaluación, control y monitoreo de este riesgo, pues de esta forma es posible prevenir que se materialice en la organización y genere impactos negativos a la operación, en la relación con los stakeholders y a la imagen y reputación.
Por todo esto, el compliance es una herramienta clave para hacerle frente a la corrupción y dentro de esta es importante incluir los programas anticorrupción y antisoborno, que en términos generales deben establecer las buenas prácticas y comportamientos a seguir por todos en la organización para evitar la materialización de actos de corrupción que puedan poner en riesgo la continuidad y sostenibilidad del negocio.
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