Desde el inicio de la pandemia causada por el covid-19 hasta hoy, el papel que cumple el director de riesgos en las organizaciones ha cambiado favorablemente. En la actualidad es una pieza indispensable y estratégica para el adecuado funcionamiento de las empresas y su continuidad.
Conoce en este artículo cómo ha evolucionado este rol, CRO por sus siglas en inglés (Chief Risk Officer), cuáles son hoy sus principales funciones y los retos que tiene para hacer de la gestión de riesgos un proceso cada vez más importante y en el que participa de forma activa y consciente toda la organización.
La pandemia del covid-19 también ha servido a las empresas para entender la importancia de tener un sistema de gestión de riesgos que les permita identificarlos, evaluarlos, controlarlos y tratarlos adecuadamente, pues como asegura Andrés Darío Olarte, consultor de riesgos y continuidad del negocio, esta situación que vive el mundo desde hace casi dos años es una muestra de que cualquier tipo de riesgo se puede materializar y generar grandes impactos a la organización.
Por eso, asegura, "hoy la gestión de riesgos es mucho más relevante y la pandemia logró que las empresas tuvieran en cuenta y gestionaran los riesgos que realmente las pueden afectar, es decir, que pusieran el foco en los riesgos emergentes como lo son el cambio climático, los desastres naturales, las emergencias sanitarias y, por supuesto, todo lo relacionado con la ciberseguridad y la protección de los datos".
En este contexto, el rol del director de riesgos, CRO, también ha cambiado y ha adquirido mayor relevancia y protagonismo en la toma de decisiones de la organización y entre las funciones que tiene se destaca, por ejemplo, crear y promover de forma efectiva una cultura de gestión de riesgos entre todos los empleados, así como ser la mano derecha de los diferentes líderes de área para llevar a cabo estrategias que les ayude a anticiparse de manera simple y práctica a los riesgos que pueden llegar a materializarse en el corto, mediano o largo plazo.
Adicionalmente, hoy el director de riesgos no solo se relaciona estrechamente con el gerente general y el director financiero, cada vez más tiene que ver con el director de seguridad de la información y con el director de cumplimiento porque, como aseguran diferentes CRO, todos los riesgos están interconectados y la gestión de riesgos en sí es inherente a cualquier actividad humana, por eso debe incorporarse de forma natural en el día a día y en la toma estratégica y permanente de decisiones.
Así como ha incrementado la importancia que tiene para las organizaciones contar con un director de riesgos, este rol también debe ser consciente de los retos que tiene para seguir aportando a la sostenibilidad y continuidad de los negocios.
Uno de estos retos es ser proactivo y ágil, estar constantemente actualizado, analizando y considerando todo tipo de variables que puedan generar impactos a la organización, desde regulaciones y normativas relacionadas, por ejemplo, con el medio ambiente hasta las acciones de los proveedores y toda la cadena de suministro, así como temas de ciberseguridad, protección de los datos y actuar de los empleados y directivos. En otras palabras, el director de riesgos debe estar atento a todos los factores que, de una u otra forma, podrían llegar a materializar cualquier riesgo.
Otro de los retos, según señala Andrés Olarte, es tener siempre una adecuada comunicación con todas las áreas, además, contar con el apoyo y liderazgo de la alta dirección y contar con documentación práctica y de fácil acceso que soporte las decisiones que se toman para garantizar la sostenibilidad.
Igualmente, tanto el CRO como la organización deben ser resilientes, es decir, “deben estar abiertos a los constantes cambios y adaptarse a estos, tener la capacidad de superarse y salir adelante en medio de las adversidades que se puedan presentar”, asegura Andrés.
Un reto adicional que tiene el director de riesgos en estos nuevos tiempos está relacionado con el manejo de la información: para cumplir su labor necesita tener acceso a información dinámica y actualizada que le brinde la mayor precisión posible de lo que pasa en el contexto y cómo un riesgo puede materializarse y con base en estos datos tomar medidas de manera oportuna. El uso de nuevas tecnologías como inteligencia artificial, big data o un software de gestión de riesgos como Pirani Riskment Suite ayudará a los CRO en este sentido.
Finalmente, para que el director de riesgos asuma estos riesgos y desempeñe correctamente su rol, es clave que desarrolle nuevas habilidades que le permitan lograr grandes resultados y aportar cada vez más a los objetivos estratégicos de la organización. Algunas de estas habilidades que es importante tener en cuenta y trabajar son: pensamiento crítico, inteligencia emocional, creatividad, negociación, flexibilidad, toma de decisiones y autonomía.
En síntesis, hoy el director de riesgos tiene mayor protagonismo en las organizaciones en gran parte gracias a la situación mundial ocasionada por el covid-19 y que, hasta el momento, seguimos viviendo y que, por fortuna, permitió que la gestión de riesgos dejara de ser vista como un proceso meramente operacional y se considerara más estratégicamente.