Lecciones de bancos involucrados en lavado de activos
Las entidades financieras deben contribuir a la prevención y control de lavado de activos y la financiación del terrorismo porque el sistema históricamente ha sido permeado por los criminales para blanquear dólares y así pasar desapercibidos ante las autoridades.
La labor de los bancos es evitar que el dinero ilegal ingrese al sistema, razón por la que deben tener medidas exhaustivas para conocer y monitorear a sus clientes, de tal forma que sepan cuáles son sus ingresos, cuánto dinero mueven y si tienen consignaciones inusuales para alertar a las autoridades.
Sin embargo, por no tener rigurosidad en rastrear la procedencia de dineros, así como las características de las transacciones y los clientes, los bancos se convierten en un canal fácil para los lavadores, lo que los representantes de las entidades financieras deberán pagar con millonarias multas, sanciones y hasta cárcel.
A continuación conocerás cuatro casos emblemáticos de bancos que tuvieron que pagar millonarias multas por no ser rigurosos con los movimientos de sus clientes y dejar infiltrar a su sistema plata proveniente del narcotráfico.
Para saber más lee: 4 diferencias entre lavado de activos y financiación del terrorismo
1. Banco británico HSBC
Un escándalo sacudió al mundo financiero en el 2012, cuando se descubrió que el banco británico HSBC puso en riesgo las finanzas de los Estados Unidos, por no rastrear la procedencia ni las características de las transacciones, dejando infiltrar dinero proveniente de los cárteles de la droga. Error por el que tuvo que pagar una multa récord de 1.920 millones de dólares.
La firma bancaria reconoció que no invirtió lo suficiente en mecanismos para detectar movimientos de lavado de dinero, que inclumplió las normas e ignoró las alertas, pese a estar localizado en un país que enfrenta una crisis por narcotráfico.
Las investigaciones también revelaron que los narcotraficantes del país azteca se referían al banco como el ‘lugar para lavar dinero’ y que HSBC permitió que cárteles de México y Colombia movieran 881 millones de dólares en ganancias de su negocio ilícito.
La Fiscalía mexicana documentó que eran tan frecuentes las consignaciones, que “los narcotraficantes diseñaron cajas de forma especial, de tal forma que se ajustaban al tamaño de las ventanillas en las sucursales de HSBC, que se convirtió en el banco preferido de los criminales de la droga”.
2. Banco ING de Holanda
La justicia de Holanda acusó al banco ING de ese país por permitir actividades de lavado de activos, además obligó el pago una histórica multa de 775 millones de euros por las deficiencias registradas por su filial holandesa entre 2010 y 2016.
De acuerdo con la investigación de la Fiscalía de Holanda, algunos clientes de la firma bancaria lavaron cientos de millones de euros porque no había regularidad en la supervisión. Esa información la corroboró el ente investigador con correos electrónicos y documentos, por lo que acusó como implicados al Departamento de Negocios, Auditoría Interna y Cumplimiento de la firma bancaria.
La Fiscalía documentó que el “Banco de Holanda investigó la política interna de ING contra el lavado de dinero entre 2005 y 2016, por lo que sancionó a la entidad por no comprobar la procedencia del efectivo y le advirtió de los peligros de estas carencias. Sin embargo, ING en vez de actuar, recortó el personal que vigilaba movimientos sospechosos de los clientes”.
Este caso se destapó en septiembre pasado y todavía está en investigación. En medio del millonario escándalo, su director ejecutivo, Thomas Borgen, presentó la renuncia.
3. Banco holandés Rabobank
Rabobank pagó una multa de casi 370 millones de dólares en Estados Unidos por dejar introducir a su sistema financiero millonarias sumas, provenientes del narcotráfico mexicano. De acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos, los empleados del banco holandés ocultaron información a los investigadores durante casi cinco años, entre 2009 y 2012.
En ese entonces, el Departamento de Justicia de Estados Unidos aseguró en un comunicado de prensa que "cuando Rabobank supo que un número considerable de las transacciones de sus clientes indicaba tráfico internacional de narcóticos, crimen organizado y actividades de lavado de dinero, optó por mirar hacia otro lado y encubrir las deficiencias”.
En juicio, la firma bancaria admitió que tenía un deficiente programa contra el lavado de activos y que permitió que se depositaran 370 millones de dólares en efectivo, imposibles de rastrear. Esta sanción, es una de las mayores impuestas por Estados Unidos por lavado de activos y financiación del terrorismo.
4. Citigroup con su filial mexicana
El caso más emblemático de lavado de activos en Banamex USA de Citigroup fue el de Antonio Peña Argüelles, quien en 2005 abrió una cuenta y en la entrevista sustentó que tenía una pequeña empresa de cría de ganado. Normalmente a su cuenta ingresaban 50 dólares mensuales.
Sin embargo, de un día para otro, el ganadero transfirió 7.09 millones de dólares y en total movió casi 60 millones de dólares desde México, al parecer, dinero de la droga del cartel de Los Zetas.
Esta alerta no fue documentada por la firma bancaria, ni siquiera tras la muerte del hermano de Peña, registrada en 2011. Su cuerpo apareció cubierto por una bandera y un letrero que decía que era lavador de dinero y que robó a Los Zetas, lo que apareció en todos los medios de comunicación, pero el banco lo ignoró.
En 2013, la firma pagó Casi 100 millones de dólares a las autoridades federales de Estados Unidos por negligencia y la falta de supervisión en la filial mexicana del banco, que permitió a clientes incurrir en lavado de dinero.
Banamex violó la Ley de Secretos Bancarios de Estados Unidos, y al parecer, permitió más de 30 millones de remesas de Estados Unidos a México por un valor de aproximadamente 8.800 millones de dólares, según anunció el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
“Aunque el departamento interno de Banamex le advirtió al banco que había 18.000 transacciones sospechosas, la entidad solo investigó menos de 10”, agregó la justicia norteamericana.
Para prevenir la materialización de los riesgos de lavado de activos y financiación del terrorismo en tu organización, tal como le pasó a estos cuatro bancos, actualmente existen herramientas tecnológicas como Risk AML, que permite automatizar y hacer más eficiente el proceso de identificar, evaluar y entender estos riesgos.
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