Gestión de riesgos ambientales, sociales y de gobierno

Conocidos como riesgos ESG por sus siglas en inglés (Environmental, Social and Governance), cada vez tienen mayor relevancia en la gestión de riesgos y en las estrategias de negocio de las empresas de cualquier industria. 

En este artículo te contamos por qué es importante gestionar los riesgos relacionados con factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo y cómo puedes hacerlo de una manera efectiva en tu organización.

Importancia de gestionar los riesgos ESG

La Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas, ONU, resalta la importancia de incluir y gestionar los criterios ESG para el desarrollo sostenible y un crecimiento económico que sea inclusivo, por eso, cada vez más las empresas de diferentes industrias están incorporando dentro de sus estrategias corporativas los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS. 

Esto demuestra que actualmente la sostenibilidad más que una opción, es la principal alternativa para las empresas que buscan ser líderes en el mercado, pues ser sostenibles además de generar impactos positivos en el medio ambiente y las comunidades, genera beneficios para los negocios.

De hecho, entre las razones por las que es importante considerar en la gestión de riesgos aquellos asociados al medio ambiente, la sociedad y el gobierno corporativo se destaca una mayor conciencia por parte de los diferentes grupos de interés, que cada vez exigen más compromiso y acciones efectivas de las empresas para aportar a la solución de problemáticas como el cambio climático. 

Por ejemplo, los consumidores son más cuidadosos al momento de comprar productos o contratar servicios. En muchos casos revisan que los procesos de producción sean efectivamente sostenibles y esto influye en su decisión de compra. 

Por otro lado, los inversores toman mayores precauciones de dónde invertir su capital y por eso, cada vez es más común que exijan a los negocios cumplir con criterios de sostenibilidad en sus actividades y gestionar los riesgos ESG. 

En esta vía, de acuerdo con la Alianza Global de Inversiones Sostenibles, en 2020 estas lograron 35 billones de dólares en el mundo, 54% más que en 2016. Entre los negocios sostenibles destacan aquellos que utilizan tecnologías limpias, energía renovables y los que hacen un uso eficiente de la energía y trabajan para reducir la generación de residuos, las emisiones de gases de efecto invernadero y los vertimientos. 

Adicional a lo anterior, otra de las razones por las que es clave identificar, evaluar, controlar y monitorear adecuadamente los riesgos ESG es que en la actualidad tanto la sostenibilidad como el cambio climático están guiando la aparición de nuevas regulaciones, por lo que las empresas deben estar pendientes de estas normativas y considerarlas en su gestión para evitar su incumplimiento, pues de no cumplir lo que estas exigen, sea por acción o por omisión, puede significar la materialización de riesgos legales y reputacionales. 

Y si bien es el mercado europeo el que tiene mayores avances en la aprobación y publicación de regulaciones sostenibles, los demás territorios y países también trabajan para regular y controlar las operaciones empresariales bajo criterios de sostenibilidad, para de esta forma poder cumplir, entre otros, los objetivos del Acuerdo de París, en el que sobresale la importancia de eliminar las emisiones de carbono, una de las principales causas del cambio climático.

¿Cómo gestionar los riesgos ESG?

Al igual que sucede con otro tipo de riesgos a los que se ven expuestas las organizaciones, una adecuada gestión de los riesgos asociados a factores medioambientales, sociales y de gobernanza debe incluir las etapas de identificación, evaluación, control y monitoreo constante, por eso, es clave tenerlos en cuenta y visualizarlos dentro de la matriz de riesgos corporativos, además, darles la importancia que se merecen. 

Según The Global Risks Report 2021 de World Economic Forum, algunos de los principales riesgos climáticos a considerar son: eventos meteorológicos extremos (sequías e inundaciones), desastres ambientales (deforestación, deshielo de glaciares), pérdida de biodiversidad, escasez de recursos naturales y enfermedades infecciosas. 

Todos estos riesgos pueden materializarse y generar diferentes impactos en la organización, por eso la importancia de identificarlos e implementar controles y acciones que ayuden a mitigarlos para así, proteger a las personas, el medio ambiente y el valor y continuidad de las empresas. 

Y para una correcta integración de estos riesgos en la gestión de riesgos corporativos en las empresas financieras y no financieras, el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (Task Force Climate Disclosures, TFCD) recomienda tener en cuenta cuatro áreas claves:

1. Gobernanza: la dirección y la alta gerencia deben mostrar su compromiso con la gestión de los riesgos ESG.
2. Estrategia: se deben reportar los impactos que estos riesgos pueden traer para la empresa, así como las oportunidades de negocio que representan. 
3. Gestión de los riesgos.
4. Métricas y objetivos: se deben establecer para una buena administración, medición y seguimiento de los riesgos climáticos más relevantes para la empresa. 

Seguir estas recomendaciones, permitirá a las empresas no solo administrar los riesgos ESG de manera eficiente, sino también aprovechar las oportunidades que estos tienen porque ser sostenibles ayuda a generar valor, disminuir gastos, atraer talentos y favorecer el crecimiento de los ingresos.

De hecho, de acuerdo con Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), los costes que tiene la transición a un modelo de operación sostenible se ven ampliamente compensados a largo plazo por los beneficios de evitar desastres naturales como sequías, incendios o inundaciones.

Por todo lo anterior, tal como manifiestan líderes empresariales de diferentes industrias, el cambio climático es un riesgo latente que hay que gestionar de manera estratégica, igual que los riesgos sociales y de gobierno. 

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