Los riesgos presentes o futuros que amenazan la imagen de una empresa pueden comprometer los ingresos o el aumento de los activos. Aquí le mostramos tres casos recientes.
Las fallas en los procesos, los errores humanos o las diferentes clases de riesgo operativo pueden producir a su vez riesgos reputacionales, que solo se conocen cuando el daño está hecho.
Los riesgos reputacionales pueden originarse por diferentes motivos: por las actividades de una compañía, indirectamente por las acciones de un empleado o por la conducta de terceros, como socios o proveedores. El gran problema con el riesgo reputacional es que puede aparecer de repente, por cualquier motivo.
Incluso no tener un programa de responsabilidad social y ambiental puede llegar a ocasionar daños permanentes en la imagen de una empresa. Por ejemplo, multinacionales de gas o petróleo reciben con frecuencia protestas y demandas de activistas u organizaciones no gubernamentales, debido a las consecuencias que deja en el ambiente las actividades extractivas.
Existen diferentes casos de riesgo reputacional. Algunos de los ejemplos más recientes tienen que ver con grandes empresas como Intel, H&M y Facebook, quienes comenzaron el año enfrentando una crisis de reputación debido a diferentes razones.