¿Qué sabes sobre la gestión de riesgos positivos?
Y si bien es esencial tener mapeados y gestionar estos riesgos que son negativos, cada vez es más relevante incluir también en la gestión los riesgos positivos, que no son otros que riesgos estratégicos u oportunidades que la organización debería saber cómo aprovechar para su propio beneficio y sostenibilidad en el tiempo.
En este artículo podrás conocer más sobre los riesgos positivos, una tendencia en crecimiento: qué son, cómo identificar este tipo de riesgos, algunos ejemplos y estrategias utilizadas para aprovecharlos y maximizar sus beneficios.
Riesgos positivos vs. Riesgos negativos
En palabras simples, los riesgos positivos son igual a oportunidades que se presentan en el entorno externo de las organizaciones y que según las decisiones que se tomen con estos, tienen el potencial de generar un impacto favorable en los objetivos estratégicos y metas trazadas.
Por eso, a diferencia de los riesgos negativos o amenazas que enfrenta la organización, que pueden representar pérdidas o daños significativos, los riesgos positivos se caracterizan por la posibilidad de conseguir beneficios, generar mayor valor y obtener ventajas competitivas.
Igualmente, este tipo de riesgos se caracterizan porque es la organización la que decide cuál riesgo asumir o no, es decir, qué oportunidades de negocio gestionar para obtener un posible beneficio porque como en todo riesgo, también conllevan una incertidumbre.
Identificación y evaluación de los riesgos positivos
Para una identificación eficaz y apropiada de los riesgos positivos u oportunidades es fundamental, de acuerdo con Juan Carlos Medina, experto en gestión de riesgos, tener un dominio completo del contexto y del tipo de industria a la que pertenece la organización: hay que conocerlo muy bien y contar con la experiencia necesaria para saber qué situaciones externas pueden representar una oportunidad y podrían tener éxito.
Además, tal como ocurre con los riesgos negativos o amenazas, la gestión de estos riesgos implica calificarlos en su probabilidad y su impacto lo que permite, entre otras cosas, enfocar mejor los esfuerzos y recursos disponibles con el fin de lograr mayores beneficios y ventajas para la organización. Para esto, una vez más, es clave tener un pleno conocimiento del contexto.
Y para tenerlos claramente mapeados, es recomendable utilizar una matriz doble de probabilidad e impacto, es decir, tener dos matrices juntas: en el lado izquierdo el mapa de calor para los riesgos positivos (comúnmente se utiliza una escala de azules para los diferentes niveles) y en el lado derecho el mapa de calor para los riesgos negativos (el mapa de riesgos ampliamente conocido con los colores del semáforo).
Ejemplos de riesgos positivos
Las oportunidades o riesgos positivos pueden provenir de diferentes situaciones, por ejemplo, cambios en las dinámicas del mercado, desarrollo de nuevas tecnologías, innovación en procesos, productos o servicios, entre otras.
Algunos riesgos positivos que podrían considerar en tu organización, teniendo en cuenta la industria a la que pertenece, son:
- Implementación y adopción de una nueva tecnología que puede contribuir a mejorar la productividad, lograr mayor eficiencia y a optimizar y reducir costos.
- Desarrollo de nuevos productos o servicios que den respuesta a necesidades no satisfechas del mercado, lo que podría aumentar los ingresos y tener una mayor ventaja competitiva.
- Apertura de nuevos tratados de comercio con diferentes países. Se da la posibilidad de ingresar a otros mercados geográficos o segmento de clientes.
- Alianzas estratégicas con otras industrias o grupos empresariales que favorecen la innovación, el crecimiento y el posicionamiento de la organización.
- Desarrollo y fortalecimiento del talento humano para tener una mejor productividad, mayor innovación y servicio al cliente de gran calidad.
- Implementación oportuna de prácticas empresariales sostenibles en los procesos de producción y operación de la organización, esto genera impactos positivos en el medio ambiente, las finanzas, la sociedad y también en la reputación de la empresa.
Para que estos y otros riesgos positivos generen realmente beneficios y contribuyan al crecimiento y éxito de la organización, es fundamental una buena planeación estratégica y una gestión efectiva de los recursos para poder sacar provecho de las oportunidades del entorno.
Estrategias para aprovechar los riesgos positivos
En la gestión de riesgos negativos se utilizan principalmente cuatro acciones de tratamiento: aceptar, mitigar, transferir y evitar el riesgo. Estas acciones no deben ser las mismas para los riesgos positivos, por eso se utilizan las siguientes:
- Aceptar. Se trata de aceptar la oportunidad, sin embargo, no se toman acciones proactivas: si se da un beneficio se acepta, pero no se busca activamente.
- Explotar. Aquí se hace lo posible para que la oportunidad sea una realidad, que se concrete, por eso, se toman acciones para que suceda.
- Mejorar. Se trabaja conscientemente en la oportunidad para maximizar su potencial, es decir, se busca aumentar la probabilidad de ocurrencia y sus impactos positivos.
- Compartir. Se asigna la responsabilidad a un tercero con mayor capacidad para aumentar la probabilidad de obtener un beneficio de la oportunidad. En este caso, ambos se pueden beneficiar.
En conclusión, gestionar los riesgos positivos en tu organización es una práctica recomendable, pues trae diferentes beneficios para la operación, rentabilidad y continuidad en el tiempo: mayor eficiencia en el uso de los recursos, más probabilidad de éxito, favorece la innovación y creatividad, entre otros.
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