Riesgos emergentes para México con Trump en la Casa Blanca

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Creado el:   enero 27, 2025
Actualizado el:   enero 28, 2025
Riesgos emergentes para México con Trump en la Casa Blanca
14:38

La reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos en 2025 marca el regreso de una figura polémica cuyo enfoque disruptivo en áreas como la política económica, energética y comercial genera incertidumbre para países vecinos como México. 

Tras cuatro años de tensiones y cambios radicales en la relación bilateral, la reelección de Trump abre una nueva era que podría traer riesgos económicos de gran impacto para México. 

Este artículo analiza cómo los aranceles y las políticas económicas de Trump podrían afectar a México, con un enfoque especial en el sector financiero.

Tabla de contenido

Aranceles comerciales y la devaluación del peso mexicano

Uno de los primeros movimientos de Trump al regresar a la Casa Blanca fue anunciar un aumento de los aranceles a las importaciones de México y Canadá, fijándolos en un 25% a partir del 1 de febrero de 2025. Esta medida proteccionista generó una inmediata depreciación del peso mexicano frente al dólar estadounidense.

Para comprender el impacto financiero de esta política, es necesario considerar cómo estos cambios afectarán al país a nivel macroeconómico y cómo las instituciones financieras mexicanas podrían responder.

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  • Devaluación del peso mexicano y su impacto en los mercados financieros: La depreciación del peso llevará a un aumento de la inflación interna, lo cual presionará a las tasas de interés, afectando a las familias y empresas mexicanas, especialmente aquellas con deuda en dólares. Las tasas más altas para el crédito podrían ralentizar el crecimiento de la inversión y el consumo interno.

  • Impacto en la inversión extranjera directa (IED): Un entorno económico volátil y de alta incertidumbre reduce la confianza de los inversores. La posible desaceleración de la IED en sectores como la manufactura y la industria automotriz afectará la capacidad de México para atraer capitales frescos, debilitando la estabilidad del sector financiero.

  • Efectos sobre las exportaciones y las empresas mexicanas: Sectores clave como el automotriz, el agrícola y el manufacturero verán cómo sus costos de exportación aumentan debido a los aranceles. Esto puede desencadenar una cadena de reacciones adversas: reducción de márgenes, cierres de fábricas, pérdida de competitividad y posibles pérdidas de empleos.

  • Proyección a futuro y el rol del sector financiero: Las instituciones financieras deben estar preparadas para enfrentar estos desafíos, reforzando sus reservas ante la volatilidad cambiaria y ofreciendo productos financieros que ayuden a mitigar los riesgos, como fondos de inversión diversificados o créditos con tasas ajustables.

Nueva llamada a la acción

La amenaza para la industria energética mexicana

La industria energética mexicana es una de las más vulnerables ante el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Trump ha reafirmado su política de autosuficiencia energética para Estados Unidos, lo que podría disminuir la demanda de petróleo mexicano y poner en riesgo una de las principales fuentes de ingresos para el gobierno mexicano. La creciente preocupación radica en cómo esta estrategia afectará la balanza comercial de México y sus finanzas públicas, particularmente las de Pemex, la empresa petrolera estatal que ya enfrenta serios problemas de deuda y falta de inversión.

La estrategia de autosuficiencia energética de EE. UU.

Una de las políticas centrales de Trump ha sido promover la autosuficiencia energética de EE.UU., con énfasis en la explotación de recursos no convencionales como el petróleo y gas de esquisto. Esta estrategia tiene como objetivo reducir la dependencia de EE. UU. de fuentes externas de energía, particularmente del petróleo proveniente de países como México, Venezuela y otros productores globales.

En este contexto, las exportaciones de petróleo de México a EE. UU., que han sido una fuente clave de ingresos para el gobierno mexicano, se ven amenazadas. En 2024, las exportaciones petroleras de México representaron aproximadamente 1,886.4 millones de dólares de ingresos (según el INEGI), y gran parte de ese crudo va destinado a las refinerías estadounidenses. Si EE. UU. alcanza un nivel de autosuficiencia energética, podría disminuir o incluso eliminar la necesidad de importar petróleo mexicano, afectando gravemente las finanzas del país.

El impacto de la pérdida de mercados clave en Pemex y las finanzas públicas

El principal afectado de esta situación sería Pemex, la empresa estatal que ha sido históricamente uno de los mayores generadores de ingresos para el gobierno mexicano. Pemex ya enfrenta una crisis de deuda, con un déficit proyectado de más de 75,000 millones de dólares entre 2025 y 2027, y una disminución en la demanda de su crudo podría agravar aún más esta situación.

Este escenario no solo afectaría a Pemex, sino que tendría repercusiones en las finanzas públicas de México en general. Las exportaciones de petróleo son una fuente importante de ingresos fiscales a través de los impuestos y las regalías. Una reducción en estos ingresos impactaría directamente en la balanza comercial del país y podría desencadenar un déficit fiscal más pronunciado.

Por otro lado, la depreciación del peso mexicano (que ya se ve afectada por las políticas proteccionistas de Trump) podría ser aún más pronunciada si la caída de los ingresos petroleros reduce la confianza de los inversores en las finanzas mexicanas. El sector público también podría enfrentar mayores presiones para financiar programas sociales y proyectos de infraestructura, lo que podría llevar a un aumento de la deuda pública.

El desafío de la transición energética en México

En este contexto, el sector energético de México se enfrenta a un desafío de gran envergadura: la transición energética. Mientras EE. UU. se concentra en maximizar su autosuficiencia energética a través de la explotación de hidrocarburos, México debe replantearse su modelo de negocio para adaptarse a las crecientes demandas globales de energía limpia y sostenible.

La transición energética es, por lo tanto, una vía estratégica para México. El país tiene un potencial enorme para invertir en energías renovables, como la solar, eólica y geotérmica. Sin embargo, la inversión necesaria para transformar el sector energético mexicano y disminuir su dependencia del petróleo es significativa y requerirá un esfuerzo conjunto de los actores gubernamentales, las empresas privadas y las instituciones financieras.

El papel del sector financiero en la transición energética

El sector financiero mexicano tiene un papel fundamental en la transición energética de México. Las autoridades financieras, así como los bancos, fondos de inversión y otros actores del sector privado, deben proporcionar el financiamiento necesario para impulsar los proyectos de energías renovables en el país.

  1. Incentivar la inversión en energías renovables: Las autoridades financieras deben promover incentivos fiscales y mecanismos de financiamiento más atractivos para los inversionistas que apuesten por energías limpias. Esto incluye tanto a inversionistas nacionales como internacionales, quienes pueden estar interesados en aprovechar el potencial de México como líder en la región en términos de energías renovables.

  2. Fomentar asociaciones público-privadas (APP): México podría aprovechar los modelos de asociaciones público-privadas para financiar proyectos de infraestructura energética, especialmente en el sector de las energías renovables. Las APP permiten que el gobierno y las empresas privadas compartan los riesgos y beneficios, lo que facilita la inversión en proyectos de gran escala.

  3. Desarrollo de instrumentos financieros verdes: El sector bancario mexicano también tiene la oportunidad de desarrollar productos financieros que faciliten la transición hacia un modelo energético más sostenible. Bonos verdes, fondos de inversión en energía limpia y créditos verdes son instrumentos que pueden ser utilizados para financiar proyectos de energía renovable, reduciendo la dependencia de las fuentes de energía tradicionales.

  4. Atracción de inversión extranjera directa (IED): México también tiene la oportunidad de atraer inversión extranjera directa (IED) en el sector de las energías renovables. Inversores de China, la Unión Europea y otras economías emergentes podrían estar interesados en aprovechar las condiciones favorables de México para establecer proyectos de energía solar, eólica y geotérmica.

  5. Innovación tecnológica: Las instituciones financieras pueden jugar un papel importante en la financiación de la innovación tecnológica que permita la diversificación de las fuentes de energía. El sector de las energías limpias está evolucionando rápidamente, y México debe ser capaz de adaptarse a estos cambios para mantener su competitividad.

Oportunidades para México en un contexto de cambio

A pesar de la amenaza representada por la autosuficiencia energética de EE.UU., México tiene importantes oportunidades para transformarse en un líder en energías renovables. Este cambio no solo ayudaría a diversificar la matriz energética del país, sino que también reduciría la vulnerabilidad de México a los vaivenes del mercado petrolero global.

Además, la transición energética sería una oportunidad para crear empleos, fortalecer la competitividad del país en el mercado global y reducir las emisiones de carbono. El papel del sector financiero será crucial en esta transición, proporcionando los recursos necesarios para llevar a cabo los proyectos y facilitando un entorno propicio para la inversión sostenible.

La ISO 31000 y su papel en la gestión de riesgos financieros

La ISO 31000 es una norma internacional de gestión de riesgos que puede ser aplicada tanto por gobiernos como por empresas privadas. Dado el contexto incierto generado por la reelección de Trump, adoptar esta metodología podría ser clave para que México gestione los riesgos emergentes de manera más eficaz. A continuación, exploramos cómo puede aplicarse en el contexto económico y financiero.

Cómo la ISO 31000 puede ayudar a México frente a los riesgos emergentes

Identificación de riesgos económicos y sociales

La ISO 31000 ayuda a identificar riesgos de diversa naturaleza, como la devaluación del peso, los aranceles, la desaceleración de la inversión extranjera directa (IED) y la pérdida de competitividad de las exportaciones mexicanas. Además, es importante considerar los riesgos derivados de la política migratoria de Trump, ya que podría tener repercusiones indirectas en la estabilidad económica, como el aumento de la presión fiscal y el incremento de gastos sociales en la frontera.

Evaluación y priorización de riesgos

Este paso implica evaluar la probabilidad e impacto de los riesgos identificados. El sector financiero debe priorizar los riesgos que pueden afectar directamente los flujos de inversión y los costos del crédito. Los aranceles y la devaluación del peso son riesgos inmediatos, pero el cambio en la industria energética también tendrá repercusiones a largo plazo en la estabilidad fiscal de México.

Tratamiento de riesgos

Las estrategias de mitigación pueden incluir la diversificación de mercados para las exportaciones mexicanas, el fortalecimiento de la competitividad interna mediante reformas estructurales y la aceleración de la transición energética hacia fuentes renovables. El sector financiero también puede contribuir a reducir los riesgos a través de la implementación de productos financieros que ofrezcan coberturas ante la volatilidad cambiaria y otras fluctuaciones del mercado.

Monitoreo y revisión

La clave para la gestión efectiva de estos riesgos es un monitoreo constante. Las condiciones económicas y políticas pueden cambiar rápidamente, por lo que es fundamental que las autoridades financieras mexicanas y las empresas del país mantengan un sistema de revisión y ajuste continuo de sus estrategias.

 

La reelección de Donald Trump trae consigo una serie de riesgos emergentes para México, que principalmente afectan el panorama económico y financiero. Los aranceles comerciales, la devaluación del peso mexicano y los posibles cambios en el mercado energético podrían poner una presión significativa sobre las finanzas públicas y los sectores clave de la economía mexicana.

Sin embargo, estas amenazas también pueden transformarse en oportunidades para que México refuerce su resiliencia económica. A través de la diversificación de mercados, la inversión en energías renovables y una gestión proactiva de riesgos, México tiene la posibilidad de mitigar los efectos negativos de las políticas de Trump y asegurar un futuro más sostenible en su economía. En este contexto, la transición energética y las políticas de inclusión financiera se presentan como áreas clave para reducir la vulnerabilidad de México ante posibles shocks externos.

El futuro de la relación bilateral dependerá de cómo ambos países gestionen estos riesgos y colaboren en áreas como comercio, energía y finanzas internacionales. Para México, el reto será anticiparse a los impactos y adaptar su estrategia económica a un entorno global cada vez más incierto.

La implementación de la ISO 31000 en la gestión de riesgos financieros será esencial para enfrentar estos desafíos de manera estructurada. Esta norma permitirá a México identificar, evaluar y priorizar los riesgos emergentes, mejorando su capacidad de respuesta ante un panorama global volátil.

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