El lavado de dinero, también llamado lavado de activos o blanqueo de capitales, es un fenómeno que impacta negativamente en el orden económico, político y social. Por eso, es clave que los organismos e instituciones públicas y las empresas privadas trabajen conjuntamente para evitar la materialización de este delito.
Una manera de hacerlo es implementando un sistema de prevención de lavado de dinero y financiación del terrorismo, que permita a la organización llevar a cabo diferentes acciones para no verse involucrada en este delito que, entre otras consecuencias, afecta la buena reputación y la continuidad de los negocios.
En este artículo te contamos un poco más sobre este sistema y las etapas que debe considerar para su adecuada implementación.
Existen diferentes definiciones de esta práctica delictiva, sin embargo, todas coinciden en decir que se trata del proceso que realizan delincuentes para hacer pasar como legal y vincular al sistema económico de un país dinero que ha sido obtenido a través de actividades ilícitas como el tráfico de drogas, de armas, de órganos, de personas, secuestro, corrupción, extorsión y soborno.
En otras palabras, con el lavado de dinero se busca disfrazar u ocultar el verdadero origen de activos obtenidos por medios ilegales y con esto, evitar que sean incautados o decomisados por las autoridades de cada país.
Además, como lo mencionamos anteriormente, es mucho más que un delito, es un fenómeno que genera grandes impactos en la economía mundial y en el orden político y social, pues maneja mucho dinero y puede traer consecuencias como liquidación de empresas, daños a la reputación de un país y aumento de actividades delictivas en la sociedad.
La práctica de este delito consta principalmente de tres etapas:
Para una adecuada prevención de este delito, es fundamental que las organizaciones, no solo del sector financiero, sino también de otras industrias, implementen un sistema de gestión integral del riesgo de lavado de activos y financiación del terrorismo (LAFT).
Algunos de los aspectos que se deben tener en cuenta dentro este sistema son las operaciones, los productos, los servicios y los contratos establecidos con terceros, igualmente, hay que considerar a las contrapartes y a los beneficiarios finales de estas.
Por otro lado, como ocurre con otros sistemas de administración de riesgos, el sistema de gestión del riesgo LAFT debe incluir las etapas de:
Sumada a estas etapas que son claves para la implementación del sistema de prevención del lavado de activos y financiación del terrorismo, las empresas deben incluir en su gestión buenas prácticas como:
Poner en práctica estas y otras acciones ayudará a las empresas a evitar la materialización de los delitos de lavado de dinero y financiación del terrorismo, que como dijimos, trae consecuencias negativas no solo para la reputación y continuidad de los negocios sino también para la economía global y la sociedad en general.
Cuéntanos en los comentarios, qué tal te pareció este artículo y sobre qué otros temas te gustaría aprender o profundizar más en nuestro blog.