Taxonomía de riesgos: Una guía para la gestión eficaz
La gestión de riesgos es como el sistema de navegación de una organización, ya sea pública o privada. Además, te ayuda a identificar, analizar y reducir los posibles problemas en el camino, asegurando un trayecto más seguro y eficiente. El primer paso para no perderse es contar con un mapa claro y fácil de entender sobre los riesgos: una “taxonomía de riesgos” que guíe a todos en la misma dirección.
En este artículo, te presentaremos un paso a paso para la correcta creación de una taxonomía, un concepto clave en la gestión de activos. Aunque es fundamental, muchas personas aún están en proceso de familiarizarse con este tema o están comenzando a explorar sus aplicaciones.
Tabla de contenido |
Antes de profundizar en la taxonomía para la gestión de riesgos, es importante comprender primero qué significa "taxonomía" para contextualizar adecuadamente su uso.
¿Qué es la taxonomía en la gestión de riesgos?
La taxonomía de riesgos es básicamente una forma organizada de clasificar los distintos tipos de riesgos que puede enfrentar una compañía. Es como tener un mapa que te ayuda a entender y agrupar los riesgos según su origen, naturaleza o el impacto que puedan tener.
Contar con una taxonomía clara y bien definida es fundamental, ya que facilita la identificación de riesgos y permite diseñar estrategias más efectivas y personalizadas para gestionarlos.
En Pirani, te ayudamos a ser más eficiente y estratégico en la gestión de riesgos. Con más de 15 años en el mercado, nuestro objetivo es que cada vez más personas conozcan a fondo qué es la taxonomía para la gestión de riesgos, permitiéndoles administrar sus activos de manera efectiva y eficiente.
La importancia de la taxonomía en la gestión de riesgos
Una buena taxonomía de riesgos permite a las organizaciones tener una estructura organizada para identificar, clasificar y gestionar los diversos tipos de riesgos a los que se enfrenta una organización. En consecuencia, facilita la comprensión y comunicación de los riesgos, permitiendo una mejor toma de decisiones.
Facilita la comprensión y comunicación de los riesgos, permitiendo una mejor toma de decisiones, asignación de recursos y establecimiento de estrategias de mitigación. Además, ayuda a crear una mejor comunicación dentro de la empresa, lo que se traduce en una gestión de riesgos más efectiva y alineada con los objetivos estratégicos dentro de una compañía.
Clarificar y priorizar los riesgos |
Tener claridad sobre los riesgos presentes ayuda a reconocer cuáles son más probables o podrían generar un mayor impacto |
Establecer un lenguaje común dentro de la organización |
Esto permite que todos los departamentos y equipos utilicen un mismo "lenguaje" al hablar de riesgos, lo que reduce la posibilidad de malentendidos y asegura una comunicación más fluida y coherente en toda la organización. |
Facilitar la toma de decisiones |
Una taxonomía bien estructurada ayuda a que los responsables de gestionar los riesgos puedan tomar decisiones más acertadas, basadas en datos concretos y un entendimiento profundo de las amenazas que podrían afectar a la organización. |
Mejorar la planificación y la respuesta |
Cuando las organizaciones entienden bien los riesgos a los que se enfrentan, pueden crear planes de contingencia y mitigación de forma mucho más efectiva y adaptada a sus necesidades. |
Estructura de una taxonomía de gestión de riesgos
Una taxonomía de riesgos se organiza en diferentes niveles que van desglosando los riesgos desde una visión general hasta un detalle más específico. Es como ir de lo más amplio a lo más concreto.
A continuación, te comparto una clasificación común de los riesgos, aunque esta pueda variar dependiendo de la industria o el sector.
1. Riesgos estratégicos
Los riesgos estratégicos son aquellos que pueden poner en peligro la capacidad de la organización para alcanzar sus metas a largo plazo. Son riesgos importantes, que pueden influir en la dirección futura de la empresa y cambiar su rumbo de manera significativa.
Tipos de riesgos estratégicos:
- Cambios en el mercado: Nuevos competidores, cambios en la demanda de los consumidores o en las condiciones económicas globales.
- Innovación tecnológica: La incapacidad de mantenerse al día con las nuevas tecnologías puede hacer que una compañía quede obsoleta.
- Riesgos regulatorios: Cambios en la normativa legal o regulaciones del sector que afecten la operativa del negocio.
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2. Riesgos operacionales
Este tipo de riesgo se refiere a problemas dentro de los procesos internos, sistemas o en el personal de la organización, que pueden interrumpir las operaciones del día a día.
Tipos de riesgos operacionales:
- Fallos en los sistemas de TI: Incompatibilidades de software, ciberataques o errores en las bases de datos.
- Errores humanos: Errores cometidos por el personal, como el manejo incorrecto de maquinaria o el procesamiento incorrecto de pedidos.
- Interrupciones en la cadema de suministro: Fallos en la entrega de materiales o productos esenciales.
3. Riesgos financieros
Los riesgos financieros son aquellos que afectan directamente la capacidad de las organizaciones para gestionar sus recursos financieros de manera eficiente.
Tipos de riesgos financieros:
- Riesgo de liquidez: La falta de efectivo para cumplir con las obligaciones financieras a corto plazo.
- Riesgo de crédito: El riesgo de que los clientes o socios no cumplan con sus obligaciones de pago.
- Riesgo de tipo de cambio: La exposición a fluctuaciones en los tipos de cambio, especialmente en empresas que operan a nivel internacional.
Tenemos un artículo donde profundizamos especialmente sobre este tipo de riesgo 👉 Riesgos financieros: qué son y cuáles son sus tipos
4. Riesgos de cumplimiento o legales
Estos riesgos surgen de la posibilidad de que una organización no cumpla con las leyes, reglamentos, contratos u otras normas que rigen sus operaciones.
Tipos de riesgos de cumplimiento o legales:
- Multas y sanciones: Por incumplimiento de regulaciones gubernamentales.
- Litigios: Riesgo de ser demandado por clientes, empleados o terceros.
- Normativas medioambientales: Exposición a sanciones por no cumplir con normativas relacionadas con el impacto ambiental.
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5. Riesgos reputacionales
La reputación de una organización es uno de sus activos más valiosos. Los riesgos reputacionales pueden causar daños graves y, a menudo, son difíciles de prever.
Tipos de riesgos reputacionales:
- Crisis de relaciones públicas: Crisis corporativas, errores en la gestión de redes sociales o desafíos éticos.
- Malas críticas o incidentes: Una mala experiencia con un cliente que se viralice puede dañar la imagen de la empresa.
- Conflictos internos: Problemas dentro de la organización que se hagan públicos y afecten la percepción externa.
6. Riesgos ambientales y sociales
Los riesgos ambientales y sociales impactan el entorno en el que la organización opera. En la actualidad, es fundamental que las empresas sean más conscientes de cómo sus acciones influyen en el medio ambiente y en la sociedad en general.
Tipos de riesgos ambientales y sociales:
- Desastres naturales: Terremotos, inundaciones o incendios que afecten las instalaciones o el suministro de productos.
- Riesgos sociales: Movimientos sociales o cambios en las expectativas de los consumidores sobre el comportamiento ético de las empresa.
- Cambio climático: Afectación de las operaciones debido a fenómenos climáticos extremos.
7. Riesgos tecnológicos
El rápido avance de la tecnología ha generado nuevos riesgos, especialmente en lo que respecta a la seguridad de la información y la infraestructura tecnológica.
Tipos de riesgos tecnológicos:
- Ciberseguridad: Ataques cibernéticos que amenazan la información confidencial de la empresa y de sus clientes.
- Obsolescencia tecnológica: El uso de tecnologías que se vuelven ineficientes o inseguras con el tiempo.
- Fallas en infraestructura tecnológica: Servidores caídos, problemas en el software, etc.
Desarrollo de una taxonomía de riesgos
Crear una taxonomía de riesgos es como hacer una lista organizada de todos los posibles desafíos que una organización podría enfrentar. La idea es tener un “mapa” que agrupe y ordene estos riesgos en categorías que faciliten su análisis y gestión.
Primero, se identifican los riesgos en distintas áreas, desde los estratégicos hasta los operacionales y financieros. Luego, se evalúa qué tan probables son y qué impacto tendrían.
Finalmente, se asignan responsables para monitorear y actuar si es necesario. Contar con esta estructura bien definida ayuda a la organización a enfocarse en lo que realmente importa.
Acá te contamos algunos pasos clave para crear una taxonomía útil.
Paso 1: Identificación exhaustiva de riesgos
El primer paso en la creación de una taxonomía de riesgos es mapear todos los posibles riesgos que podría enfrentar la organización. Para lograr una identificación precisa, es fundamental involucrar a todas las áreas de la organización y realizar sesiones de lluvia de ideas.
Paso 2: Clasificación por categorías
Una vez identificados, los riesgos deben ser clasificados en categorías según su naturaleza. Esta clasificación puede incluir riesgos estratégicos, operacionales, financieros, legales, tecnológicos, entre otros. La categorización depende del sector y el enfoque de cada empresa.
Paso 3: Evaluación de la probabilidad e impacto
No todos los riesgos tienen el mismo nivel de gravedad. Por ello, es crucial evaluar la probabilidad de que ocurran y el impacto potencial que tendrían en la organización si se materializan. Este análisis ayuda a priorizar la respuesta a los riesgos.
Paso 4: Asignación de responsabilidades
Cada tipo de riesgo debe ser monitoreado por un responsable dentro de la organización. Esto asegura que cada área de riesgo tenga un dueño que se encargue de implementar acciones preventivas y correctivas cuando sea necesario.
Paso 5: Actualización continua
Los riesgos están en constante cambio, por lo que la taxonomía debe ser revisada y actualizada de manera regular para mantenerse relevante. Esto garantiza que la organización pueda adaptarse rápidamente a nuevos riesgos emergentes.
¿Por qué es importante tener una taxonomía de riesgos bien definida?
Una taxonomía de riesgos bien desarrollada no solo ayuda a identificar y gestionar los riesgos de manera eficiente, sino que también facilita la toma de decisiones estratégicas. Además, promueve la colaboración entre equipos y asegura que todos los miembros de la organización estén alineados en cuanto a la importancia de gestionar los riesgos.
Herramientas de visualización para la taxonomía de riesgos
Es fundamental utilizar herramientas de visualización para comunicar y gestionar la taxonomía de riesgos en todos los niveles de la organización. Estas herramientas permiten representar de forma clara y accesible los riesgos, facilitando la toma de decisiones y el análisis. Entre las herramientas más útiles para visualizar la taxonomía de riesgos están:
1. Mapas de Calor
Los mapas de calor son herramientas visuales que muestran de manera clara la probabilidad e impacto de cada riesgo. Estas representaciones gráficas permiten identificar rápidamente los riesgos que requieren mayor atención, ayudando a priorizar acciones y recursos.
2. Diagramas de Flujo
Los diagramas de flujo son ideales para mostrar cómo se distribuyen los riesgos en diferentes categorías y cómo se interrelacionan entre sí. Esta visualización ayuda a comprender mejor las conexiones y las interdependencias entre los diferentes tipos de riesgos, lo que facilita su gestión.
3. Tablas de Riesgos
Las tablas de riesgos proporcionan una forma ordenada de clasificar los riesgos por categorías y prioridades. Esta herramienta facilita el análisis de los riesgos y agiliza la toma de decisiones al mostrar de forma clara los riesgos más relevantes que deben ser abordados primero.
4. Pirani
Pirani es una solución avanzada que ofrece una visualización dinámica y en tiempo real de la taxonomía de riesgos, permitiendo un análisis más profundo y una visión clara de los riesgos en toda la organización. Su interfaz intuitiva facilita que todo el equipo acceda a la información y tome decisiones informadas.
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Conclusión
La taxonomía de riesgos es una herramienta esencial para cualquier organización que busque gestionar sus amenazas de manera efectiva. Al crear una estructura clara para identificar, clasificar y priorizar los riesgos, las organizaciones pueden desarrollar estrategias de mitigación más eficientes y prepararse mejor para enfrentar cualquier eventualidad. La clave está en mantener un enfoque adaptable, revisar continuamente la taxonomía y asegurarse de que todos los miembros de la organización estén alineados en la gestión de los riesgos.
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