El caso de la firma comisionista muestra que las malas prácticas financieras llevan a una compañía a la quiebra y produce desconfianza en el mercado.
El millonario descalabro de Interbolsa, que cumplió ya 10 años desde que el Gobierno nacional ordenó su liquidación en noviembre de 2012, sigue sin resolverse: todavía no hay justicia ni reparación; las víctimas aún están inconformes.
Las malas prácticas llevaron al sistema bancario del país al borde de ser insostenible, y uno de los errores que pasó factura fue la falta de rigor de la autoridad reguladora, en este caso la Superintendencia Financiera. Las 492 víctimas, personas naturales y jurídicas, que hasta ahora fueron reconocidas por el Gobierno, reclamaron 254.000 millones de pesos, pero solo recuperaron 65.000 millones.
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Entre los afectados hay casos emblemáticos de importantes entidades que perdieron millonarias sumas de dinero: la AFP Protección, Mansarovar Energy y la Alianza Fiduciaria, además, la corredora de bolsa no le pagó un crédito de 17.000 millones de pesos al banco BBVA, al que usó para mostrar liquidez. Finalmente, lo que desató el escándalo fue la denuncia que interpuso la entidad bancaria sobre el incumplimiento de la deuda.
Diego Agudelo Rueda, director del Grupo de Investigación de Finanzas y Banca de la Universidad Eafit (Medellín), asegura que, con la intervención y posterior liquidación de la firma comisionista, el público quiere entender mejor los riesgos al invertir en los mercados financieros colombianos.
El experto cuenta que el sistema financiero cumple un rol fundamental en la economía de un país, consistente en canalizar los excedentes de recursos económicos de personas e instituciones a las empresas y entidades que los requieren para sus necesidades de liquidez o proyectos de inversión.
El director del Grupo de Investigación de Finanzas y Banca afirma que la caída de Interbolsa tiene sus orígenes en una estrategia de negocio altamente riesgosa que salió mal. Para él, vale la pena entender los aspectos generales y las características que lo hacían particularmente riesgoso, y eventualmente, destinado al fracaso.
La estrategia de Interbolsa fue darle bursatilidad a la acción de la empresa textilera Fabricato y subirla de forma desmedida para obtener más dinero por las mismas acciones.
"Para ilustrar el efecto de esta estrategia agresiva de compra, consideremos que a principios de noviembre de 2010 Fabricato se negociaba a $26, mientras que a 1 de noviembre de 2012, previo a la intervención a Interbolsa, se negociaba a $91, lo que significa una valorización efectiva de 87 por ciento anual", resalta el experto.
Agudelo también señala que esta estrategia tenía un riesgo alto porque Ia firma comisionista y los clientes involucrados prestaban dinero para financiar las compras de acción de Fabricato. Eso aumenta el rendimiento si los negocios resultan exitosos, pero amplifica las pérdidas cuando las cosas salen mal.
Desde la academia, el investigador habla de las lecciones que deja este caso, uno de los más emblemáticos del país, y que cita en su artículo académico: “La debacle de Interbolsa y los riesgos de invertir en los mercados de valores”.
La corredora de bolsa utilizó lo que se conoce como un “descalce de plazos”, es decir, que prestaba fondos a corto plazo para invertirlos a largo plazo. También empleó un mecanismo llamado operaciones “repo”, que entrega una acción en garantía respaldando un préstamo de dinero por un determinado plazo, generalmente no mayor a tres meses.
Para el experto, en situaciones normales, los “repos” son inversiones muy seguras para quien entrega fondos, porque las disposiciones de la Bolsa exigen que la acción que garantiza sea líquida, pero en este caso no lo fue.
Aunque los bancos cuentan con sistemas de control para reducir el riesgo de un problema de “descalce de plazos”, el grupo comisionista no contaba con ninguno, ni mucho menos con el respaldo de una entidad financiera sólida en un eventual problema de liquidez.
"Un aspecto adicional que complicó esta estrategia es que Interbolsa entregó en garantía tanto acciones de Fabricato como acciones propias. Al principio, el mercado las aceptó. Lo que terminó haciendo inviable el negocio fue el hecho de que los agentes de mercados, algunos de ellos conocedores de la estrategia, empezaron a evitar renovar los “repos” realizados sobre estas acciones, o a otorgarle nuevos fondos a la comisionista", dice el experto en su artículo.
Si bien tras el caso de Interbolsa se modificó la regulación, Agudelo resalta en su texto que entre las lecciones que dejó el caso es que se requiere una mayor regulación y vigilancia de las firmas comisionistas para evitar que incurran en negocios tan riesgosos financiados con dinero de terceros, o que puedan entrar en estrategias que impliquen un “descalce de plazos” no planificado.
Es de vital importancia cumplir con las regulaciones actuales dadas en cada país respecto tanto a riesgos financieros como también a los no financieros. Y para los riesgos no financieros es necesario contar con un software donde se gestione con mayor eficacia y facilidad los procesos de gobierno corporativo: El software de gestión de riesgos Pirani te permite identificar, medir, controlar y monitorear riesgos no financieros para prevenir su materialización o mitigar su impacto en caso de que ocurran.
Antes del escándalo, pocos imaginaron que Interbolsa trabajara de forma irregular, pues se trataba de una empresa prestante, con credibilidad, sociedad administradora de inversiones, calificada como AA+ (antes de ser intervenida) y fue reconocida en el mercado de valores como la que ofrecía oportunidades muy atractivas de rendimiento tanto a corto como a largo plazo.
Otra de las lecciones, explica el investigador, es que no debe exponerse todo el capital en unos pocos títulos. "Recordar la vieja máxima de no poner los huevos en la misma canasta. No existe empresa, por sólida que esta sea, que esté totalmente exenta de desplomarse", asegura.
Estar atento a los comentarios, ya que en el último mes, antes de que el Gobierno interviniera a Interbolsa, había rumores sobre la necesidad de la comisionista de renovar sus créditos con los bancos; también sobre malos manejos y problemas de gobierno corporativo.
Igualmente, estar atentos del riesgo operacional, chequear que no haya manejos extraños de los mismos comisionistas.
De otro lado, añade el experto, para los clientes de las firmas, es muy importante revisar los riesgos involucrados en sus operaciones en los mercados financieros. "Por ejemplo, las acciones ofrecidas como garantías en los “repos”, además de líquidas, deben ser de empresas sólidas, exentas de sospechas de movimientos especulativos".
A raíz del escándalo de una de las comisionistas más importantes del país, muchas personas desconfiaron del mercado de valores, sobre todo, del colombiano y se retiraron del mercado bursátil del país, entonces hubo una gran crisis de confianza en el sistema. Ya pasaron más de cinco años y el país no se ha podido recuperar de esa desconfianza.