Estudio del caso Interbolsa: 6 años después
El próximo mes se cumplirán seis años del millonario descalabro de Interbolsa. Las malas prácticas financieras y la falta de rigor de las autoridades llevaron a la firma comisionista a la quiebra, lo que dejó mucha desconfianza en el mercado.
En noviembre de 2012, el gobierno colombiano ordenó la liquidación de la entidad, pero seis años después, el caso sigue sin resolverse. Esta semana, según la Fiscalía, prescribieron tres delitos contra los principales implicados: Alessandro Corridori, Claudia Jaramillo, María Eugenia Jaramillo; Álvaro Tirado, Carlos Arturo Neira (representante legal) y Tomás Villadiego (exdirector de riesgos), quienes ya no deberán responder por manipulación fraudulenta de acciones, concierto para delinquir ni falsedad en documento privado.
El caso dejó 492 víctimas, entre personas naturales y jurídicas, quienes reclamaron 254.000 millones de pesos, pero solo recuperaron 65.000 millones. Sin embargo, el juicio que se inició en noviembre de 2012, todavía no avanza.
Ese es el peligro de no contar con un monitoreo constante y riguroso para evitar malas prácticas financieras por parte de empleados, se necesita tener una visión clara y amplia de los riesgos a los que está expuesta la organización.
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Diego Agudelo Rueda, director del Grupo de Investigación de Finanzas y Banca de la Universidad Eafit (Medellín), explica que la caída de Interbolsa tiene sus orígenes en una estrategia de negocio altamente riesgosa que salió mal.
“La estrategia fue darle bursatilidad a la acción de la empresa textilera Fabricato y subirla de forma desmedida para obtener más dinero por las mismas acciones”. A principios de noviembre de 2010 Fabricato se negociaba a $26, mientras que el 1.º de noviembre de 2012, a $91.
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La firma utilizó lo que se conoce como un “descalce de plazos”, es decir, prestaba fondos a corto plazo para invertirlos a largo plazo. Esta práctica debe contar con planes de control y respaldo financiero para reducir riesgos, pero Interbolsa no tenía ninguno de los dos.
La entidad también se valió de un mecanismo llamado operaciones “repo”, que entrega una acción en garantía respaldando un préstamo de dinero por un determinado plazo, generalmente no mayor a tres meses. “Los agentes de mercados, algunos de ellos conocedores de la estrategia, empezaron a evitar renovar los ‘repos’ realizados sobre estas acciones, y a otorgarle nuevos fondos a la comisionista, lo que terminó haciendo inviable el negocio", dice el experto.
El descuido de las autoridades reguladoras es una de las lecciones, porque ninguna investigó lo que estaba pasando con las acciones de Fabricato, que tuvieron un aumento desmedido en poco tiempo.
Antes del descalabro, Interbolsa tenía alta credibilidad, era una sociedad administradora de inversiones, calificada como AA+ y reconocida en el mercado de valores. No obstante, el escándalo se destapó cuando el Banco BBVA denunció que no le canceló un crédito de 17.000 millones de pesos.
Entre los afectados, hay empresas emblemáticas como la AFP Protección, Mansarovar Energy y la Alianza Fiduciaria, que perdieron millonarias sumas. Para conocer a más profundidad la estrategia de negocio riesgosa que usó la firma comisionista.
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