También llamado como riesgo de modelación o riesgo de modelado, este riesgo tiene que ver con la posibilidad de que los modelos utilizados para la toma de decisiones en una organización no den cuenta de la complejidad del mundo real o estén basados en suposiciones inadecuadas, razón por la cual pueden generar resultados erróneos o inexactos.
En este artículo te contamos más sobre qué es el riesgo de modelo, por qué es importante gestionarlo, cuáles son las industrias que más deberían incluirlo en su gestión de riesgos y cómo realizar una adecuada gestión de este
Para entender de qué se trata el riesgo de modelo, lo primero es tener claro qué es un modelo en el contexto organizacional.
Un modelo es un método cuantitativo, sistema o enfoque utilizado para el procesamiento de datos de tipo cuantitativo y cualitativo en valores netamente cuantitativos que sirvan para la toma de decisiones.
Los modelos deben estar compuestos por tres elementos: un componente de entrada de información, que proporciona los datos y supuestos al modelo; un componente de modelado o procesamiento, es decir, el que transforma los datos de entrada en valores estimados a través del uso de técnicas matemáticas o estadísticas; y un componente de generación de recursos, que traduce los valores estimados en información útil para la toma de decisiones organizacionales.
En síntesis, el uso de modelos permite obtener información de valor que sirve para tomar mejores decisiones, sin embargo, como ocurre con cualquier otra área, si no se gestionan adecuadamente pueden presentar errores y generar sesgos.
El riesgo de modelo o riesgo de modelación, de acuerdo con la Reserva Federal (FED) consiste en la posibilidad de tener consecuencias adversas a raíz de decisiones basadas en salidas, resultados o informes incorrectos de un modelo, o del uso inadecuado de este, es decir, cuando es utilizado en un ámbito diferente para el que fue creado.
Algunos factores que pueden materializar el riesgo de modelo son la falta de datos adecuados, el uso de datos con errores o sin una calidad óptima, el uso de variables inadecuadas, no comprender o tener la claridad suficiente sobre el problema que se quiere resolver, el uso de aproximaciones o supuestos erróneos, la falta de validación del modelo y no actualizarlo / recalibrarlo según los cambios que se presenten en las condiciones.
Es importante tener en cuenta que este riesgo, así como pasa con otro tipo de riesgos, no se puede eliminar en su totalidad. Lo que hay que hacer es minimizar su probabilidad de ocurrencia por medio de una adecuada gestión, que debe garantizar el uso de datos sin errores y de calidad, así como la validación del modelo y la calibración del mismo en un periodo de tiempo determinado.
Es importante incluir en la gestión de riesgos empresariales el riesgo de modelo porque cada vez más las organizaciones de todo tipo de industrias están utilizando modelos para la toma de decisiones y es necesario que estos sean lo más confiables y precisos posibles para evitar decisiones erróneas que puedan afectar no solo a la organización sino también a las personas y tener consecuencias negativas.
En el sector financiero, por ejemplo, son utilizados para la evaluación del riesgo de crédito, la gestión de carteras y la valoración de activos; en el sector salud se utilizan para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, gestión de pacientes y recursos; en la logística se usan para gestionar las cadenas de suministro, planificar rutas y optimizar el proceso. Incluso, los gobiernos utilizan modelos para la planeación urbana y la gestión de recursos naturales.
Estas y otras industrias que hacen uso de modelos de base matemática o estadística para la toma de decisiones deben gestionar el riesgo de modelo, previniendo así que se conviertan en algo insostenible debido al uso de datos deficientes, errores técnicos o falta de calibración periódica que se ajuste a las condiciones.
La gestión del riesgo de modelo debe ser un proceso continuo en cualquier organización que utilice modelos para la toma de decisiones. Este proceso incluye etapas básicas de la gestión de riesgos como la identificación, evaluación y monitoreo; además, considera la validación y actualización del modelo, así como la comunicación de los resultados del mismo.
¿Qué se hace en cada una de las etapas de gestión?
En conclusión, una adecuada gestión del riesgo de modelo debe servir para minimizar su ocurrencia y su impacto negativo en las decisiones organizacionales, es decir, poder evitar que las decisiones se tomen con base en información inexacta, sesgada o errónea.
¿Conocías este tipo de riesgo?, ¿en tu organización lo consideran dentro de la gestión de sus riesgos? Cuéntanos en los comentarios.