Los riesgos ambientales generan diferentes tipos de impactos en las organizaciones, por eso, debido al cambio climático actual cada vez es más importante incluir en la gestión este tipo de riesgos, es decir, al igual que otros riesgos (operativos, financieros, seguridad de la información, etc.) se deben identificar, medir, controlar y monitorear de manera adecuada.
En este artículo te contamos sobre los riesgos ambientales en México: qué son, cuáles son los principales que se presentan en el país y casos que han ocurrido recientemente.
Los riesgos ambientales se refieren a los potenciales daños o efectos negativos que pueden presentarse en el medio ambiente debido a fenómenos naturales o a diferentes actividades humanas, es decir, estos riesgos pueden ser de tipo natural o de tipo antrópico.
Los riesgos ambientales naturales son aquellos que ocurren por la misma naturaleza, por ejemplo, huracanes, ciclones y tormentas, escasez de lluvia y sequías, terremotos, deslizamientos de tierra, desbordamiento de ríos, avalanchas, erupciones volcánicas, incendios forestales, entre otros.
Por su parte, los riesgos ambientales antrópicos son aquellos riesgos que son causados por la acción del ser humano, por ejemplo, destrucción de la capa de ozono, deforestación, vertidos tóxicos y contaminación de fuentes hídricas.
Ambos tipos de riesgos ambientales pueden causar graves impactos en la biodiversidad, los ecosistemas en general, en la salud de las personas e incluso, en las organizaciones como puede ser interrupciones en la operación, pérdida de empleados y daños a la reputación.
Ya que conoces los tipos de riesgos ambientales (naturales o antrópicos), estos son algunos de los que se presentan actualmente en el territorio mexicano:
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la contaminación del aire consiste en la presencia de agentes químicos, físicos o biológicos que alteran las características de la atmósfera.
Algunas fuentes de contaminación del aire son: los vehículos de motor, los aparatos de combustión, las fábricas, las centrales eléctricas, los incendios forestales y las erupciones volcánicas.
En México la mala calidad del aire contribuye a la mortalidad prematura, de hecho, según datos de la OMS, cada año, aproximadamente 20.500 personas mueren por enfermedades relacionadas a la exposición a contaminantes del aire, por ejemplo, EPOC, bronquitis crónica, cáncer de pulmón y enfermedades cardiovasculares.
Tiene que ver con la presencia de partículas o elementos dañinos en los recursos hídricos, es decir, lagunas, lagos, ríos y mares.
Algunos de los factores que causan la contaminación del agua son: el vertido de desechos industriales sin tratamiento, el vertido de aguas residuales sin tratamiento, la deforestación y erosión del suelo, el uso de pesticidas y fertilizantes, las fugas y derrames de sustancias en los cuerpos de agua, entre otros.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, Conagua, más del 60% del agua potable en México tiene algún tipo de contaminación, lo que sin duda genera impactos tanto en el medio ambiente como en la salud pública y la economía. Río Santiago, Río Sonora, Río Coatzacoalcos, Río Balsas y Río San Juan son algunos de los más contaminados del país.
Se trata de la pérdida de bosques y selvas de forma intencionada, es decir, provocada por el ser humano con el fin de destinar esos suelos para la ganadería, la agricultura y el desarrollo de áreas urbanas e infraestructura.
Entre los impactos que causa la deforestación se destacan, por ejemplo, la erosión de los suelos, la afectación de los animales que viven en los bosques, el cambio climático y la contaminación y reducción de la calidad del aire.
Según datos de la Comisión Nacional Forestal, Conafor, durante el periodo 2001-2021 México registró una tasa anual de deforestación promedio de 208.850 hectáreas. El año 2016 fue el de mayor deforestación con una tasa de 350.298 hectáreas.
Aunque México es uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, en los últimos años ha sufrido una considerable pérdida de diferentes especies de animales y de plantas.
Las principales causas de la pérdida de biodiversidad en el país son: el deterioro y la destrucción de hábitats como las selvas y los bosques; la contaminación del aire, el agua y los suelos con diferentes sustancias químicas utilizadas en todo tipo de actividades industriales, ganaderas, agrícolas y urbanas; el cambio climático con climas extremos como sequías e inundaciones; la introducción de especies invasoras y la sobreexplotación.
Todo esto ha puesto en peligro la vida de muchas especies y afecta el equilibrio de los ecosistemas. Algunas de estas especies son autóctonas del país y endémicas, por ejemplo, el axolotl que vive en el Valle de México y el zorrillo pigmeo que habita desde Sinaloa a Oaxaca.
A causa de la agricultura intensiva, la deforestación de bosques y selvas, el uso excesivo y sin control de químicos, la calidad del suelo en México cada vez está más deteriorada.
Esta degradación del suelo puede presentarse por degradación química o física (procesos que ocasionan el daño interno del suelo) o por erosión hídrica o eólica (procesos en los que hay desplazamiento del material del suelo) y una de sus principales consecuencias es la reducción de la capacidad del suelo para producir alimentos.
En el último año se han presentado varios riesgos ambientales significativos en el territorio mexicano, por ejemplo:
La ciudad costera de Acapulco, uno de los principales destinos turísticos mexicanos, presenció en octubre de 2023 los efectos del cambio climático a través del huracán Otis, que en tan solo 12 horas se transformó de tormenta tropical a huracán de categoría 5, convirtiéndose así en el huracán más intenso en México desde el huracán Patricia de 2015.
Entre los graves impactos y daños que causó Otis, vale la pena mencionar:
En el mar del Golfo de México es común que se presenten derrames de grandes cantidades de petróleo crudo, debido a accidentes en las plataformas petroleras, tuberías submarinas o durante el transporte del petróleo en barcos.
En julio de 2023, por ejemplo, la empresa estatal Petróleos Mexicanos, Pemex, enfrentó un derrame del hidrocarburo, que según imágenes satelitales cubrió al menos 467 kilómetros cuadrados del Golfo de México.
Y recientemente, en marzo de 2024, Pemex fue responsable de otra fuga de petróleo en el Golfo, que ocurrió en la plataforma marina Akal-J aproximadamente el 22 de marzo y continuó vigente hasta el 9 de abril.
Estos y todos los casos históricos de derrame de petróleo que se han presentado en el Golfo de México generan graves consecuencias, por ejemplo:
Estos dos casos son solo algunos ejemplos de lo que ha pasado recientemente en materia de riesgos ambientales en México, existen muchos más. Aquí lo importante es tomar consciencia de estos y de la importancia que tiene para todo tipo de organizaciones y la sociedad en general implementar acciones efectivas para hacerle frente a los riesgos ambientales.
En un próximo artículo te contaremos más sobre estos riesgos en México, podrás conocer sobre las principales regulaciones ambientales que existen en el país para controlar las actividades industriales y buenas prácticas y recomendaciones para prevenirlos y mitigar sus impactos.